Las carillas son unas restauraciones (capas) delgadas, hechas a medida, que se adhieren directamente a la superficie de los dientes.

Se pueden usar para arreglar los espacios entre dientes o para mejorar la apariencia de los dientes que estén manchados, deformes o desalineados.

PROCEDIMIENTO:

  • Se limpian los dientes y se eliminan todas las restauraciones superficiales antiguas. En este caso se elimina una pequeña cantidad de esmalte en la cara frontal del diente para que el espesor de la carilla se acomode.
  • Se determina la forma, el tamaño y la tonalidad del diente. Se toma una impresión exacta de los dientes preparados, y se hace un registro de la mordida para asegurar una correlación correcta entre los dientes superiores y los inferiores.
  • Usando la información recopilada en el paso anterior, el laboratorio confecciona las carillas laminadas.
  • Se verifica el color, el tamaño y la forma de las carillas para saber si ajustan perfectamente en la boca del paciente. Se graban los dientes y se enjuagan, se aplican adhesivos, y se cementan con un material composite que fragua con la luz (lámpara de fotopolimerización). Finalmente, si se requiere, se da forma a las carillas y se pulen.

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